jueves, 6 de diciembre de 2007

Nematodos













Son gusanos cilíndricos sin segmentos que habitan en la tierra, en agua dulce o en agua salada, y pueden parasitar en animales o vegetales.

Su tamaño es variable, encontrando especies microscópicas y otras visibles a simple vista, y su modo de vida puede ser libre o parasitaria.

Los fitoparásitos se alimentan de tejido vegetal produciendo serios daños.

Si bien hay especies hermafroditas, en general su reproducción es sexuada, y pasan por cuatro fases larvarias antes de convertirse en adultos en los que la hembra es más grande que el macho.
Su aparato bucal consiste en un estilete mediante el cual perforan las raíces del vegetal.
Los nematodos se desplazan por tierras húmedas, preferiblemente con temperaturas oscilando entre los 15 y los 20º C.

El principal daño lo causan con su saliva portadora de enzimas que al ser inyectadas en el tejido vegetal desencadenan reacciones importantes en las células: a veces sólo necrosan el tejido alrededor de la lesión y otras puede llegar a evitar la división celular deteniendo el crecimiento de la planta hospedante.

Como daños secundarios estas lesiones propician la entrada de hongos, bacterias y virus a las plantas afectadas.

Las dos especies que provocan mayor daño en los cultivos son del género Meloidogyne y Pratyleuchus.

Meloidogyne es el género de mayor distribución y agresividad; penetran en las raíces y viven allí parte de su ciclo vital; son los responsables de la formación de nódulos en las raíces.

Pratyleuchus es un género migratorio que al alimentarse transforma las sustancias vegetales, ej: la amigdalina en ácido cianhídrico, produciendo la rotura de las raíces y necrosis.

Los síntomas de la presencia de nematodos en el suelo se aprecian a nivel radicular y aéreo.
En el sistema radicular se pueden apreciar nódulos, deformaciones o retorcimientos producto de alargamiento de las células (hipertrofia) o de proliferación de células (hiperplasia).
En la parte aérea las plantas presentan menor crecimiento, amarilleo del follaje y marchitamiento en momentos de mayor necesidad de agua. Un decaimiento general y posteriormente la muerte.

Frente a la sospecha de la presencia de estos parásitos en el suelo, han de hacerse exámenes de laboratorio que lo confirmen.

El tratamiento de eliminación de los parásitos se hace mediante riegos profundos desde finales de invierno, una vez cada 3 meses, hasta la llegada de los primeros fríos del otoño siguiente, con sustancias nematicidas diluídas en el agua.
Entre los principios activos de buen resultado contra nematodos encontramos las avermectinas y las cloropicrinas.
Es muy difícil eliminar los nematodos definitivamente, por lo tanto se puede pensar que haya que repetir el tratamiento cada año en aquellos jardines que hayan sufrido esta plaga.

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